La Edad Antigua en la península Ibérica

Los fenicios, incluidos los cartagineses y los griegos, encontraron a su llegada a la península Ibérica varios pueblos que tenían costumbres diferentes entre sí. Estos pueblos pertenecían a tres grandes grupos: - Los pueblos del norte - Los celtíberos - Los iberos

Los pueblos del norte (Celtas) Vivían en castros formados por casas circulares. Se dedicaban a la agricultura y a la ganadería. Su desarrollo comercial y cultural era muy escaso aunque sí habían mantenido contacto con otros pueblos costeros del océano Atlántico vinculados con la cultura celta.

Los celtíberos Eran pueblos guerreros que vivían en poblados fortificados y elevados. Se dedicaban a la agricultura, la ganadería y a los metales, pero no conocían la moneda ni la escritura, y apenas comerciaban.

Los iberos Vivían en poblados fortificados y con torres. Se dedicaban a la agricultura, la ganadería y la artesanía. Usaban monedas y comerciaban con los fenicios y griegos. De ellos aprendieron la escritura y recibieron influencias culturales.

Tartessos En algún lugar del suroeste de la península, probablemente entre las provincias de Cádiz y Huelva, se hallaba la capital de Tartessos. Son muchos los enigmas que rodean a esta civilización, aunque se sabe de ella que fue una cultura que se dedicó al comercio del metal con otros pueblos del Mediterráneo. No obstante, Tartessos es una civilización vinculada a las culturas mediterráneas que emigraron hacia península Ibérica en torno al 1000 a.C.

Tartessos llevó su influencia por casi toda la mitad del sur de la península, su esplendor coincidió con el contacto con los fenicios y otros pueblos.

En torno a Tartessos los pueblos peninsulares desarrollaron la primera escritura (influenciada por los fenicios), la sofisticación de la agricultura y crearon los primeros centros urbanos. A partir del siglo VI a.C. comienza la decadencia tartésica.

Si quieres conocer algo más, puede interesarte este reportaje de Tartessos: en busca del reino perdido (National Geographic)

Los fenicios Los fenicios fueron pueblos muy antiguos del Medio Oriente, actualmente su territorio pertenece a Líbano. Eran grandes comerciantes que recorrieron el Mediterráneo y con el paso del tiempo las rutas comerciales que habían creado se convirtieron en asentamientos, donde además de abastecerse de materia prima también la procesaban. En el caso de la península Ibérica: Gádir (Cádiz) y Malaka (Málaga).

A los fenicios se les atribuye el alfabeto, que adaptó el pueblo griego, y acabó siendo el punto de origen de posteriores alfabetos occidentales.

Malaka nació como dos pequeños núcleos de población fenicia. Uno de ellos, en el Cerro del Villar (delta del río Guadalhorce), y el otro, en el actual centro de la ciudad, entre la Alcazaba y la Catedral (actuales calles Molina Lario, San Agustín, Granada y Alcazabilla. (+ info)

Los griegos Los griegos eran rivales comerciales de los fenicios, procedían del este del mar Mediterráneo. Llegaron hasta la península Ibérica buscando metales, esparto y sal. Se instalaron en la zona de Levante y fundaron colonias donde vivían y conservaban sus formas de gobierno y costumbres. Una colonia griega era normalmente un estado soberano independiente que no dependía políticamente de su metrópolis.

Empuries (actual Ampurias, provincia de Girona), fundada alrededor del 600 a.C., es la colonia griega más conocida de la península. Sin embargo, Rode (actual Rosas, provincia de Girona), fue el otro asentamiento griego en la península.

Los cartagineses Los cartagineses procedían del norte de África (en el actual Túnez). Se fueron asentando en los establecimientos fenicios, pero poco a poco fundaron otros nuevos. Querían conquistar territorios, pero sus intereses chocaron con los de los romanos. Por ello, ambos pueblos se enfrentaron: las guerras púnicas.

La llegada de los cartagineses a la península Ibérica se produce en el año 238 a.C. se inicia en Gadir (Cádiz), con Amilcar Barca al frente de un poderoso ejército. Su hijo funda en el año 227 a.C. la ciudad cartaginesa más importante, Qart Hadasht, conocida posteriormente por el nombre romano de Carthago Nova (Cartagena, región de Murcia), la cual dispone de un gran puerto natural y un entorno excelente con minas, salinas, etc.